Siempre me ha gustado la poesía. Sobretodo la poesía del amor. Soy romántica hasta grados increíbles. Tengo pocos autores que me lleguen bien adentro, donde te duele hasta el alma, como si me conocieran.
Algo semejante a lo que me sucede con Pedro Salinas, me pasa cuando escucho las obras de Chopin. Siento como si hubiera escrito todo para mi. Como si algo dentro de mi, hubiera escuchado en otro tiempo, en otra vida, cada una de ellas.
Pedro Salinas es especial, muy especial. Por eso quien me conoce bien, (sólo tú que me lees), sabrá por qué estas palabras hoy. Sí, hoy que es especial. Hoy 24 de enero, hoy que ya no es ayer, hoy que es empezar de nuevo, con ese vacío que se queda cuando perdemos, cuando lo perdemos todo, pero cuando vemos que, aún queda un bote salvavidas con Gps y rumbo escrito para nosotros .......
Se te está viendo la otra.
Se parece a ti:
los pasos, el mismo ceño,
los mismos tacones altos
todos manchados de estrellas.
Cuando vayáis por la calle
juntas, las dos,
¡qué difícil el saber
quién eres, quién no eres tú!
Tan iguales ya, que sea
imposible vivir más
así, siendo tan iguales.
Y como tú eres la frágil,
la apenas siendo, tiernísima,
tú tienes que ser la muerta.
Tú dejarás que te mate,
que siga viviendo ella,
embustera, falsa tú,
pero tan igual a ti
que nadie se acordará
sino yo de lo que eras.
Y vendrá un día
-porque vendrá, sí, vendrá-
en que al mirarme a los ojos
tú veas
que pienso en ella y la quiero:
tú veas que no eres tú.
(Pedro Salinas)
